LA TURRUCA
El nombre de nuestra marca tiene su razón de ser en una rústica construcción de los campos extremeños: la Turruca. Estos chozos típicos, construidos exclusivamente con grandes piedras y techos en cúpulas también de piedras o de ramas perfectamente asentadas, servían tanto como lugar de resguardo como almacén para la gente del campo y eran muy habituales verlos diseminados entre dehesas, olivares y campiñas.
PISTACHOS EN LA CAMPIÑA SUR DE EXTREMADURA
Precisamente ahí, en plena Campiña Sur de Extremadura y a lomos de la vertiente pacense de Sierra Morena, se encuentra la plantación de pistachos La Turruca, a cargo de la familia Álvarez Carrizosa en su sociedad de Pistazuaga. El origen de todo parte de una pequeña plantación de prueba de una superficie de 2 Has realizada en el año 2011, en la que se planteó la posibilidad de aprovechar la climatología y las propiedades de la tierra para cultivar el pistacho gracias a los arbustos autóctonos (cornicabras) existentes por la zona.
UN LEGADO FAMILIAR
El legado de los abuelos de Daniel y David, junto a la ayuda y buen hacer familiar, se convirtieron en la cuna de una extensa plantación de pistachos enmarcada entre tierras de cultivo y dehesas de encinar. A partir del injerto del pistachero (Pistacia Vera) en la cornicabra, un arbusto típico de la zona, machos y hembras del pistacho crecen y maduran pacientemente tras muchos años de cuidados.
Actualmente, con más de 8.000 árboles en 30 hectáreas, la producción de pistachos la Turruca es seleccionada para posteriormente ser tratados según su finalidad en la propia explotación. Así, unos son secados y tostados para ser vendidos en diferentes formatos (pistachos con y sin sal, pelados o con cáscara), mientras que otros se destinan a convertirse en una suave, agradable y nutritiva crema (nuestra crema de pistacho, ideal para amantes de la cocina selecta o veganos).
¿Qué es la cornicabra?
La cornicabra (Pistacia Terebinthus) es un pequeño árbol o arbusto muy rústico de la familia de las anacardiáceas y, concretamente, del género pistacia. Son plantas propias de zonas con climas cálidos y templados que se encuentran generalmente en países cercanos al Mediterráneo: Grecia, Turquía, España y Marruecos, entre otros.
Los climas fríos en invierno y secos-calurosos en verano, características propias de la provincia pacense, son ideales para su desarrollo. La exposición prolongada al Sol y la aridez del terreno durante largas épocas del año e incluso la bajada de las temperaturas a bajo cero en los meses más duros, no amedrentan al desarrollo de la planta, lo que la confiere de una resistencia extrema.
Esta rudeza, unida a su parentesco al árbol del pistacho, permite que la cornicabra sea injertada para el desarrollo del preciado fruto. Organizados regularmente por hembras y machos, la planta es polinizada por el viento que, pasada la primavera, comenzará a dar sus frutos. El punto de partida de nuestro manjar.
